Imperfecciòn

Las circunstancias por las que recibí el nombre de ¨El padre¨ conforman una serie de eventos que forjarían mi destino y el de todos aquellos a quienes bendigo. Crecer en una familia con ideologías religiosas que rayaban en lo fanático, fue quizás, el primer ingrediente, la hipocresía de mis padres un hombre ahondado en la lujuria y la desobediencia y una mujer sumisa con ansias de venganza y pensamientos impuros, ambos buscando el perdón en oraciones vacías y falsas promesas de dignidad. Desde muy pequeño entendí que tenía la capacidad de ver los pecados como si fueran colores que manchan la piel del impuro, también escuchaba las voces de sus almas, pidiendo la absolución de sus pecados, pidiendo el fin al sufrimiento.

Cuando fui adolescente, los colores que manchaban la piel de mi padre eran oscuros y emanaban un olor putrefacto, la voz que venía de su alma me suplicaba cada mañana, fue insoportable, pero fue cuando comencé a entender mi labor en este mundo. No fue necesaria la fuerza ni el cuchillo que tenía preparado en la mano, al acercarme a mi padre tendido sobre la cama, solo la intención y determinación de purificar esta pobre alma fue suficiente para callar la voz, de pronto todo se volvió oscuro. La siguiente mañana el llanto de una madre desgarrada interrumpe una de las pocas noches de sueño profundo que había tenido en mi vida, de rodillas junto al cuerpo de su hijo muerto y con lágrimas en su rostro, suplica perdón por sus pecados, como si esto pudiera devolverle el movimiento a ese cuerpo, la luz a sus ojos o el aliento a su boca, en el fondo ella sabía que lo había perdido. El abrazo en el que la sumerjo le extraña tanto como si estuviera entre los brazos de alguien diferente a su esposo. Ver mi propio cuerpo sin vida fue tan aterrador como podría imaginar, pero más aun escuchar el susurro continuo de la voz de mi padre, orando y suplicando un alto al sufrimiento.

La vida continua con una dificultad aun mayor, aunque siempre me consideré alguien inteligente, fue difícil adoptar la mayoría de las labores de mi padre, sobre todo porque muchas estaban manchadas por el pecado, durante años mis hermanos me llamaron padre y cumplí con mis labores como padre y esposo. La voz de mi padre jamás callo...

Hoy me he levantado en el cuerpo de una mujer profanada, su voz se ha sumado a los cientos de susurros que escucho todo el tiempo, pero su alma fue purificada, exenta de la maldad que le aquejaba, le manchaba la piel y contaminaba el mundo, a mi lado yace otra mujer desnuda, no escucho su voz pidiendo ayuda, su piel se ve limpia y blanca como la nieve, mi curiosidad le gana al pudor y le hago el amor apasionadamente, pero no soy yo, soy la mujer podrida que acabo de salvar, esta persona me reconforta y acompaña el resto del día, su voz es suave y no tiene el eco del pecado. Germaine Greer dice que se llama, y fue la responsable de abrir mis ojos por completo, de enseñarme que un mundo de tinieblas existe y que yo tengo el poder para destruir a los monstruos que en el habitan. Sus enseñanzas duran horas, al principio como oraciones dulces, luego duran días y se prolongan hasta meses y años, una época de aprendizaje mutuo. Mi cuerpo ha cambiado muchas veces, pero la manera en que ella me mira y me toca siempre es la misma.

Hemos llegado a Londres con la promesa de la salvación, una ciudad en la que las voces de los pecadores retumban en cada esquina, los monstruos dominan el panorama y hacen que la decadencia supere los limites sagrados con cada año que pasa. La sociedad está infectada por los subterfugios y burocracia de los vampiros, frágiles criaturas de la noche y aunque yo pienso que la mera inmortalidad de sus cuerpos los va a superar y terminara por destruirlos a todos, Germaine es una firme creyente que nuestras acciones deben enfocarse en destruirlos. Londres oscura y siniestra, acaparada por la maldad, es perfecta para que estos monstruos oculten su verdadera naturaleza, sin embargo, su sed es su peor debilidad y Germaine la carnada perfecta. Durante un año, uno a uno, iban cayendo estos vampiros callejeros en la salvación del su abrazo, la última mirada de cada uno de ellos era una mirada de terror, de impotencia, que nos regocijaba y exaltaba, nosotros nos habíamos vuelto en los purificadores de la maldad una especie de redentores de la ciudad, pero iba a suceder algo que lo cambiaria todo.

Por allá en los setentas, la catedral de Southwark se había vuelto nuestro segundo hogar, la voz del padre Vittorio solo podía ser escuchada si él lo deseaba y su piel era limpia y blanca como la Germaine. Asistimos con regularidad a sus misas, pero por alguna razón no lográbamos tener el valor para acercarnos y recibir su bendición, quizás los poderes divinos lo protegían de las almas, que nosotros como castigo, llevábamos a cuestas.

Ya eran varias noches de la ausencia del padre, pero el día de hoy aparecía con una apariencia demacrada, como si algo le preocupara, su discurso no comenzó como de costumbre y sus palabras fueron las de alguien buscando el perdón, Germanie y yo sentimos el temor del mal, de pronto las campanas de la catedral comenzaron a sonar, como avisando de la llegada de alguien, el rostro del padre cambio y sus ropajes ardieron en llamas, desnudando un cuerpo herido y acongojado, de pronto pude escuchar su voz, una de auxilio como las otras que había escuchado en el pasado. Las personas que asistían a la misa tuvieron reacciones mixtas, asombro, temor, algunos huyeron, pero no fue hasta que la maldad apareció en el recinto que todos sucumbieron ante el miedo y la desesperación. detrás del altar una bestia peluda en cuatro patas con ojos penetrantes y garras afiladas se abalanzo sobre el padre Vittorio, cerca una mujer de tez oscura blandiendo un hacha empapada con el alma de cientos de inocentes y un hombre podrido al que acompañaban muchas voces de terror y dolor, vampiros, como nunca los habíamos visto, poderosos y realmente malvados. El fuego cubrió la iglesia y lo último que pudimos percibir antes de abandonar el sitio, fue a esta criatura de fuego, quien hacía unos días era el tibio y amable padre Vittorio, luchando a muerte contra los vampiros hasta perecer.

La maldad tiene muchas facetas, el mundo de los vampiros es desconocido para nosotros y Germaine esta empecinada en acabarlo, pero ahora sabe que atacar vampiros callejeros en los callejones de Londres no lograra su misión, debe llegar a los poderosos y para ello conocer muy bien el alcance de sus limitaciones y las limitaciones de su presa.

Durante veinte años nos dimos a la tarea de entender el mundo de los vampiros, logramos infiltrarnos en su sociedad hasta un nivel que ellos jamás creerían posible, conocimos los nombres de los poderosos, y sobre todo los nombres de los que mataron a Vittorio. Muchos fanáticos decidieron unirse a nuestra causa, la mayoría de ellos de otras ciudades que tenían las mismas capacidades divinas de Germaine pero con enfoques diversos, yo era el único diferente. Como equipo logramos establecer formas para rastrear a los vampiros, ocultos por los poderes de algunos de los nuevos reclutas, pudimos encontrar refugios, contactos, aliados y conexiones, nunca intervenimos, la primera fase del plan de Germaine estuvo en marcha por veinte años y dio resultados asombrosos. La segunda etapa fue breve, fortalecer nuestra posición, oraciones y rituales para hacernos más poderosos, algo que debíamos enfrentar en solitario, en nuestras mentes, muchos perecieron en silencio, pude escuchar sus almas fallando las pruebas, sucumbiendo ante el pecado, pero otros resurgieron con los ojos abiertos y una fe ciega en Germaine, algo que parecía sacado de una película de terror, estos ¨nuevos¨ reclutas estaban dispuestos a perder la vida con tal de seguir las ordenes de su líder. Estábamos listos.

En el ochenta y nueve Germaine tenia agentes ya infiltrados como aliados dentro de las esferas de algunos de los vampiros más poderosos de la ciudad, en silencio y con una fe irrompible. habíamos entendido que la mascarada era el concepto más poderoso dentro de su sociedad y nuestra líder había decidido atacar esto, su misión parecía imposible y yo entendía que todos íbamos a perecer, pero sus seguidores la aceptaban sin dudar de un éxito asegurado. La tercera fase había terminado y nos preparábamos para el final.

En diciembre del ochenta y nueve comenzó la cacería y la manipulación, un vampiro muy antiguo, poderoso y respetado fue la victima que Germaine eligió, conocimos a sus aliados, humanos pecadores que se ponían a su disposición, algunos sin saber su naturaleza otros conociéndola y defendiéndola, manipular a esta bestia fue casi imposible, tuvimos que secuestrar uno de sus más preciados aliados, un perro inmenso y agresivo, fue difícil y varios perecieron en el intento. La criatura la entregamos a un grupo de humanos que los usan para combates y ganar dinero, con la promesa que con esta criatura se harían ricos, dejamos pistas al vampiro para que encontrara a su sirviente y después de hacer uso de los poderes mentales más oscuros de algunos de nuestros reclutas la bestia sucumbió y desplego todo su poder destructivo frente a un público numeroso y humano alimentado por el odio del daño que le habían causado a su criatura. Tal y como Germaine había calculado, sus propios lideres, emitieron la orden de persecución y destrucción de este antiguo vampiro, mostrándonos que a los más poderosos no hay que destruirlos directamente, ellos mismos se condenan.

Mientras nuestros equipos en calle desenrollaban un plan preparado con algunos años de anticipación, creando incendios, manipulando los aliados de vampiros antiguos, desviando a las cuadrillas perseguidoras y poniéndolas una en contra de las otras, informando a los medios de comunicación y siempre apalancados por la desconfianza innata del mal y por ese afán de poder y satisfacción que les nubla la vista. Germaine tenía una labor diferente, una que había permanecido oculta para nosotros y se derivada de una noche de hace varios años, una que la había cambiado. La labor que Germaine desarrollaba venia desde las altas esferas políticas de los vampiros, una criatura poderosa se había hecho con la obediencia de la cazadora y aprovechaba la ocasión para purgar su camarilla, una especie de juego político que daría un poco de picante a sus noches, muchos poderosos dentro lo sospecharon y estuvieron tan cerca...

La cuadrilla que perseguía los rastros demostró ser capaz y despiadada, las bestias, los espíritus y los humanos los ayudaban en todo momento, resistieron los poderes destructivos más letales de los reclutas americanos, superaron los poderes prohibitivos más eficaces de los africanos y sobre todo demostraron una resiliencia impropia de una criatura del mal, sentimos que la balanza divina no estaba inclinada a nuestro favor, o quizás el plan fue perder desde el principio, perder para que ellos perdieran más. Muchos fueron asesinados en encuentros directos con estas criaturas del mal, sus almas liberadas se transformaban en voces en mi mente que aun cargo como un recuerdo de una guerra que no debió ser.

Ahora vislumbro el mundo a través del velo de la noche, deambulo por la penumbra acompañado de las voces de todos los que purifique, atormentado eternamente por sus quejidos, por ahora permaneceré en este espacio frio, como penitencia por mi fracaso, y tu mi querida Germaine, tendrás tu castigo en vida, esclava eterna de los juegos y maquinaciones políticas de tu propio enemigo. Al fin yo tenía la razón.

Diario de Juro Ticonderoga

El conclave termino bien, y aunque nuestros propios esfuerzos para descubrir quien, desde adentro, saboteaba nuestras tradiciones fueron infructuosos, el peor enemigo del traidor es la desconfianza que genera en sus súbditos. Uno de sus agentes me ha entregado el trozo de una página de un libro muy especial, uno con el que estoy familiarizado... ¿Sera posible? tendremos que investigar más. Por ahora el súbdito permanecerá con vida, creo que jugara un papel más en esta tragedia.