Cassian Osric
Capitulo 1: El linaje Osric
Cassian Osric fue el hijo unico del conde de Kildare nacido en el año 1.382 en irlanda, en su cumpleaños dieciocho su padre padecio una enfermedad que le arrebato la vida rapidamente, heredando su fortuna y titulos. Su joven y avida mente se intereso por los negocios de su padre y decidio expandirlos hasta Londres, obteniendo el liderazgo de uno de los gremios de constructores navales mas importante y creando ruta de transporte maritimo en europa. Un joven y apuesto Cassian habia logrado tomar las riendas de su destino y el apellido de su padre continuo sonando como uno de los mas distinguidos y exitosos de Europa, pero su ambicion no terminaria ahi y uno de los parlamentos mas imporantes de Londres lo llevo a conocer a Eleanor Revna, la mujer mas hermosa que habia visto, de tez blanca cabello rojo como el fuego y un par de ojos que opacarian hasta las esmeraldas mas brillantes. Profundamente cautivado por ella, hizo todo lo humanamente posible para lograr enamorarla y conquistar asi un nuevo terreno en su vida, el amor. Los siguientes veinte años de la vida de Cassian y Eleanor estuvieron llenos de exitos comerciales y sociales, juntos impulsaron los limites de sus negocios y sorprendieron a muchos gremios, su prosperidad era conocida por todo Europa y su armonia de pareja respetada por nobles y plebeyos por igual.
Eleanor, una vampira antigua y astuta, había visto en Cassian no solo un activo financiero, sino una herramienta maleable para sus propios fines. Aunque Cassian aún no lo comprendía del todo, cada paso que daba en el mundo mortal, cada negocio que consolidaba, cada influencia que adquiría, servía para solidificar el poder de Eleanor, acumulando riquezas y consolidando su dominio desde las sombras más profundas de la sociedad vampírica.
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Eleanor Revna
Años se arrastraron como sombras, devorando la belleza que Cassian tanto veneraba. La lepra, una plaga bíblica, se aferró a su carne, desfigurándolo. Luego, la hemofilia, un susurro mortal en sus venas, lo convirtió en una vasija de sangre frágil. Contempló la ruina de su prístina apariencia, cada cicatriz un eco del tiempo que se desvanecía. El terror a la traición de Eleanor, a su inevitable abandono, lo empujó al abismo del suicidio. Pero Eleanor, una tejedora de destinos, no podía permitirse perder una pieza tan valiosa en su intrincado tablero de negocios.
Fue entonces cuando la oscuridad lo abrazó. Con un beso helado, Eleanor le concedió el Abrazo, una inmortalidad retorcida, un pacto con la noche eterna. El dolor de la transformación se atenuó ante una revelación mucho más gélida: Eleanor nunca lo amó. Él no era más que un peón, un títere manipulado en la vasta red de sus intrigas. Ella, la depredadora, lo había convertido para lavar su fortuna, sus negocios una fachada para sus oscuros designios. La verdad se reveló como un golpe brutal, la crueldad de la no-vida manifestándose en su forma más pura.
Sin embargo, Cassian se adaptó. Bajo la guía impía de su sire, Eleanor, navegó por los abismos de la existencia vampírica. Sus negocios florecieron de nuevo, su estilo de vida se elevó a las cumbres de la sociedad europea. Cultivó una obsesión por su apariencia, un culto a la perfección que ocultaba el monstruo que se había convertido. Los salones más opulentos de Europa se abrieron ante él, sin saber que caminaban entre sombras.
Pero ni siquiera la inmortalidad podía protegerlo de las garras de la fatalidad. Hace apenas tres meses, un nombre resonó como una sentencia: FASKEN. La firma de abogados, con su implacable precisión, despojó a Cassian del 90% de su fortuna, de sus negocios, de todo lo que había construido. Luchó, junto a Eleanor, con la ferocidad de un depredador acorralado, pero fue en vano. La derrota fue absoluta.
En la desesperación de la ruina, una chispa de esperanza, o quizás una nueva maldición, se encendió. La firma FASKEN, la implacable máquina que lo había triturado, había cometido un error. Una confusión de identidad. Otro vampiro, un espectro del clan La Sombra que respondía al nombre de Archibald, era el verdadero objetivo. La noticia encendió una enemistad fría y voraz en el corazón de Cassian. Su única victoria fue un pacto con el diablo: FASKEN guardaría el secreto de su bancarrota, un estigma que ahora yacía oculto en lo más profundo de su ser, su secreto más siniestro.
Ahora, Cassian reside en un pequeño refugio que Eleanor, su eterna manipuladora, le ha prestado. Pero la derrota no ha quebrado su espíritu, solo lo ha templado en la fragua del resentimiento. Desde las sombras, trama su regreso, la ambición de amasar una fortuna aún más grande que la perdida. Su objetivo es doble: destruir a FASKEN y encontrar a Archibald, el vampiro que lo condenó, para así limpiar su nombre manchado. La no-vida de Cassian, una vez más, se convierte en un tablero de ajedrez donde la venganza es la única ficha que importa.